(35 piezas para acompañar la lectura:)


septiembre 17, 2007

Nuevo uso del celular

-Gestación de una idea en torno al teléfono celular

Nunca me gustó el celular (ya para muchos: “móvil”), mucho menos con éstos argumentos tecnológicos que invitan a comprar uno ya sea por la cámara, el correo electrónico, la agenda, el directorio para 600 números, los juegos, o los tantos tonos que pueden bajarse por distintos medios.

Siempre me cuestioné si era necesario estar tan comunicado, si el celular no sería una especie de esclavitud filosófica ya que con un celular moderno cada vez es más difícil no estar, siempre eres ubicable, pierdes tu derecho a estar ausente en el momento que lo desees, claro que es práctico por un sinfín de razones de mayor peso que éste derecho a la ausencia, sin embargo nunca me había parecido una herramienta a favor del desarrollo humano, al contrario, me parecía cada vez más frívolo.

En mi caso, hace mucho que no tengo uno y hasta el momento no lo he requerido, tal vez sólo por los mensajitos (pienso en Monique Camus...) ya que solía mantener comunicación de éste tipo con un amigo de Irapuato aunque en realidad lo que nos escribíamos era, en suma, prescindible (si queríamos decirnos algo importante nos escribíamos por mail o marcábamos a nuestras casas), así que no me ha sido necesario, mi familia siempre sabe por dónde ando.

-Revisitamiento de ideas. Nuevas formas de pago.

Para fin de año se implementará en México un nuevo uso para el teléfono celular que me parece bastante atractivo. Se trata de efectuar transacciones bancarias a través del NIP del celular, o sea, otra opción de pago aparte de la tarjeta y el efectivo.

Evidentemente ésta nueva opción se impulsará desde los Starbucks, los Mix-Up, los Zara y demás negocios del estilo ya que los que más usan celular son, en palabras de economistas, el sector de los jóvenes, “son los que le saben a la onda esta del celular, son los que le sacan provecho a la tecnología”.

Con esto, el celular seguirá su irrefrenable paso de convertirse en una extensión, o un equivalente, de nosotros, nuestro yo-tecnológico (así como tenemos un yo-espiritual (el alma, la conciencia, etc.) y un yo-físico (el cuerpo)), no en balde desde hace mucho tiempo existen todo tipo de productos para personalizar nuestro celular: fundas, correas, protectores de pantalla, estampitas, estuches, tonos para mensajes y otros para llamadas, etc., además de que cada teléfono es, de por sí, distinto (personal) por el uso que cada quien le da, como con una computadora, un carro o una casa, con la profunda diferencia de que el celular tiene la característica de poder estar siempre con nosotros, así como el espíritu y el cuerpo, lo cual me parece cada vez menos carcelario y más estimulante, algo así como responder la siguiente pregunta: ¿cómo sería yo si fuera una herramienta tecnológica?.

El término que se pondrá de moda en México a partir de fin de año será nipear, se añadirá a la lista de otros vocablos como “navegar”, “mandar un mail” o “cargar el ipod”: “te nipeo un café” o “voy a nipear éste disco” significarán “te compro un café el cual pagaré con el NIP de mi celular” o “voy a comprar este disco pagándolo con el NIP de mi celular”. A final de cuentas, el dejar de usar efectivo y empezar a usar la tarjeta o el celular para efectuar compras, ayudan a la economía formal del país, todavía no entiendo bien por qué, pero dentro de las ventajas sé que está el dejar de consumir en negocios informales.

El sector de teléfonos celulares es y ha sido la gallina de los huevos de oro para varios empresarios ya que es una industria que crece año con año, lo cual me resulta interesante: ¿por qué precisamente éste sector y no otro?, nunca se pensó en meterle teléfonos a las computadoras o radios a las teles (y cuando se hizo, no pasó nada), en cambio ésta pequeña herramienta (en el principio fue el ladrillo) cada vez va siendo menos frívola y más funcional, más integral, como un certero y nanotecnológico resumen de toda la tecnología de uso común que se desarrolló el siglo pasado: teléfono inalámbrico, fotografía, televisión, internet, música electrónica, moneda electrónica, comunicación satelital, sólo faltaría incluir al cine y al jazz para integrar los grandes legados del siglo XX en éste breve artefacto lleno de encanto.

septiembre 01, 2007

Learn everything

Perú y México se encuentran nuevamente, esta vez, bajo el difícil signo de la violencia de la naturaleza. Uno quedó devastado, el otro un poco menos; uno por un terremoto, el otro por un huracán denominado "Dean" que nos obsequió un miércoles urbana y climáticamente complicado, aunque a su vez un aire limpio gracias a la lluvia constante que empezó a las 6 de la mañana y terminó a las 10 de la noche, además de un saldo de 5 muertos (todavía ayer jueves a medio día parecía que habría saldo blanco) y una bella fortuna ya que el recorrido del huracán no tocó poblados grandes, al contrario, parece que los evitaba ya que donde arreció el huracán, sobre todo en su paso a través de la península de Yucatán, fue en zonas abiertas, un tanto despobladas.

Sin embargo, éste cielo de hoy (y sobre todo el de ayer jueves) lo compensa todo con ese espectacular matiz que recorre varios azules, algunos blancos y un naranja eléctrico tipo postal. Si algo he aprendido es que en los momentos de crisis es cuando más hay que voltear a ver el cielo, los árboles, las aves de la ciudad, las flores, la insistencia por sonreir por parte de los niños y algunos viejos.

Perú vive un mal momento, hay centenares de muertos y Pisco, una ciudad cercana a Ica, ha quedado devastada, con problemas de alimento, comunicación y agua potable.

La Tierra es un ser vivo que, de algún modo, otorga vida además de llevar la suya, su propia evolución que en algún momento empezó y en algún momento acabará, tal cual es cada una de las evoluciones de los que componemos el universo. Ciertamente Perú y México tienen un momento de crisis, pero Perú y México y el resto del mundo donde haya crisis (económicas, sociales, guerras, sequías, etc.) debe entender que todo lo que sucede en la realidad es incuestionable, inamovible, inintercambiable, si algó se cayó, hay que reconstruirlo, si algo se quebró, hay que repararlo, reforzarlo, si alguien murió, hay que recordarlo, pero jamás sufrir por los objetos o las personas que ya no están.

La única certeza es el movimiento, la vida, el amor. Lo verdaderamente inhumano es detenerse a cuestionarse por qué perdí tal cosa, porqué se murió tal, por qué Dios me abandona. Lo verdaderemente inhumano es buscar salvadores. Lo verdaderamente inhumano es no entender que la felicidad es una elección, una actitud, un derecho, una obligación, una certeza humana (no es un planteamiento filosófico, es una certeza humana, no es un estado ideal, es una certeza humana) en la que no influyen factores externos, sólo la libertad del individuo, el amor de la persona por lo que esa persona es, por lo que éste mundo es.

Crisis colectivas como los terremotos o los huracanes son momentos de crisis que llevarán su momento de duelo, también las crisis personales llevan su momento de readaptación, pero mientras no nos estanquemos ahí, mientras no creamos que el sufrimiento es necesario, real, ineludible, mientras la principal materia prima siga siendo el amor, entonces el potencial humano seguirá siendo posible, real, evidente, la plenitud individual y colectiva seguirá su curso, la tierra seguirá mandando sus necesarios temblores y huracanes mientras nosotros los seguiremos aceptando y reconstruyendo lo que haya reconstruir.

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