(35 piezas para acompañar la lectura:)


abril 09, 2007

more AMLO

Siempre que haya una voz, testaruda en el acto virtuoso de la profundidad, será una sana reconciliación con el libre albedrío, un acto heroico donde la palabra, finalmente, reencuentre cobijo.

En México la figura de Andrés Manuel López Obrador es una figura polémica, interesante. En general si no se le tacha de salvador o mesías, se le tacha de oportunista o de ser un "peligro para la nación". Como sea, las mentes ingenuas encuentran con esto una suculenta oportunidad de provocar división en la sociedad:
quienes no están a favor de él, están en su contra, suele ser ese el mantra que predomina en las discusiones, no sólo de la gente común sino de legisladores y gente pública, pero ¿qué pasa con los que buscamos términos medios?, ¿con los que vemos cosas favorables y desfavorables en AMLO, en su partido, en otros partidos, en otras ideas fuera de los partidos?

El siguiente es un fragmento de una apología de sí mismo hecha por Guillermo Sheridan aparecido en algún número más o menos reciente de Letras Libres (que nunca logro identificar a quién va dirigido). Para este momento, la grey lopezobradorista habrá asociado tanto a Sheridan como a Letras Libres como dos entidades oficialistas que no son válidas ya que no se han declarado partidarias de AMLO. Vaya problema porque este tipo de actitudes ya no son de izquierda sino de falta de criterio, Letras Libres podrá no ser el Machete Arte que venden en los metros ni Sheridan el Julio Hernández de La Jornada pero, como los buenos medios de estos tiempos, ambos han estado siempre del lado intelectual, del lado de las ideas, del lado de la historia.

En fin, transcribo esto como símbolo de mi adherencia a los buscadores de centro, a los políticos apartidistas, a los no tendenciosos. En mi casa alguna vez me llamaron reaccionario, fuera de ella alguna vez me han llamado panista, etc.

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En carta privada, pues careces de agallas para hacerla pública, te sumas a quienes me han acusado de ultraderechista y yunque y no sé qué más. Te escandaliza que no perciba el paraíso que AMLO promete. Te enorgullece formar parte de quienes creen que la salvación del país radica en paralizarlo(...)

¿Has leído a Raymond Aron? Lo dudo: preferirías a Sartre (a quien tampoco has leído). Eres de aquellos para quienes la lectura debe ser un certificado de licitud. Aron vio morir la democracia de Weimar, avisó el peligro nazi, vio los ascensos de Hitler, Stalin y Pétain. Sus escritos sobre las tácticas que promueven la bolchevización son interesantes: se fijan varias líneas, como que toda institución legal engaña y conspira contra el pueblo, que el partido/caudillo encarna al proletariado, que la democracia formal es inoperante, que –mientras no sean las suyas– el poder está en manos ilegítimas, que la actividad intelectual y cultural se deben subordinar a los intereses colectivos, que se exacerbe el nacionalismo, que se debe debilitar al Estado atizando toda forma de discordia civil y desintegrando toda institución para poner en subasta violenta al poder, que se deben crear cuantos colectivos se pueda (dirigidos por oficiales confiables, subordinados al partido/caudillo), y muchos otros procederes que –como descubrieron, demasiado tarde, los antifascistas soviéticos–, lejos de acotar al fascismo, lo refinaron(...)

Un ingrediente patético, por el grado de simpleza mental que requiere, ha sido el fervor religioso con que abrazan la nueva fe aquellos a quienes Marx llamaba los “intelectuales”(...) No es difícil explicar esas simpatías –explica Aron– con uno u otro de los mecanismos psicológicos asociados a la conversión religiosa o revolucionaria. Se pueden enumerar las diferentes clases de conversos: idealistas, cínicos e inadaptados, por un lado, y burgueses cuyos éxitos no satisfacen sus aspiraciones o que se sienten mal con sus privilegios, por el otro. Luego están todos aquellos que se enorgullecen de pertenecer a una pequeña minoría que es rechazada hoy pero puede triunfar mañana: los materialistas que aún aspiran, inconscientemente, a lo absoluto; los cristianos decepcionados con el aburguesamiento de las iglesias(...)

...haber convertido la derrota electoral de un político (que cometió tantos errores) en un “fraude” a la nación subleva, de manera especialmente intensa, la lógica triunfalista de esa esencial dialéctica, “el arte de justificar toda línea política en términos del bienestar del proletariado”. Una lógica que seduce mentes simples con “la sabrosa sensación de entender el mundo sin hacer demasiado esfuerzo”, algo que, sumado al carisma de una figura jerárquica sacrosanta, resulta sencillo inducir en mentes simples. Continúa Aron:

“La atmósfera de solidaridad y disponibilidad para la acción es tan necesaria para los fieles como el aire que respiran. La sensación de pertenecer a una secta inmune a la corrupción que ensucia al mundo exterior, la gestación del futuro, salva cualquier resistencia provocada por las tácticas poco éticas que el llamado a la acción puede requerir.”

2 comentarios al respecto:

Conciencia Personal dijo...

Amigo, pero recuerda que Letras Libres pertenece al ultraderechista Enrique Krauze....

Conciencia Personal dijo...

Yo voté por Andrés Manuel y lo volvería hacer. Indepentiendemente de reconocer los errores incurridos del líder, sólo que los de él, sí se hicieron públicos y los de otros, que tienen doble moral como los panistan los calla la prensa.

Un abrazote.

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