(35 piezas para acompañar la lectura:)


diciembre 28, 2006

bLANCO

El anacentrismo alumbra. La lumbre es la subversión, es la versión de sus componentes, de sus ponentes, nosotros, compas. Llegar al ana0 desde la intuición y la ingenuidad. Dominar la belleza, como dominamos los sueños y el fuego. Yourcenar se encuentra con Tomás Segovia. Y anacentrismo de fuegos son días que nacen. El ana alumbra. El ana va al centro.
Cuando uno es niño y se pone a pensar a qué se dedicará cuando llegue a la edad adulta rara vez se llegan a conclusiones, digamos, poco quijotescas. Eso es normal, es necesario. Lo es porque los niños no saben de límites. Los artistas son, o deberían ser así. No hay empresa artística que no sea quijotesca.

De modo un especial los poetas contemporáneos son hoy en día descendientes del Caballero de la Triste Figura. Para empezar porque su labor e importancia han cambiado mucho. Ya no son, como diría Pacheco, la voz de la tribu. ¿Por qué? La posible respuesta a la que he llegado es que ya a nadie le interesa lo que digan los poetas. O por lo menos ya nadie lee poesía. Al fin de cuentas, de qué sirve leer poesía si muchos poetas escriben de cosas que a la gente no le importa, como si estos poetas escribieran más que para causar placer (o cualquier otro fin que se le encuentre al arte) para no tener que ir al siquiatra o para hacerse los interesantes o por cualquier tipo de razones extrañas que pocas veces tienen que ver con el lector y con la poesía.

S
ería bueno volver a la manera que tienen los niños para hacer poesía (y sin quererlo), o la que tiene la gente común que no se sabe poeta pero que hace poesía (también sin quererlo). Es común ver que los niños tienen, como ya lo han apuntado miles de poetas, una capacidad natural para deformar el lenguaje a su gusto y transformarlo en poesía. Por ejemplo un niño de digamos 3 años que se enchila por primera vez, suele decir cosas maravillosas como: “¡Tengo la boca llena de relámpagos!” O un niño que ya se quiere dormir y sólo le avisa a sus padres diciéndoles “voy a caer en sueño”, mientras un bostezo se desprende de sus labios.

Es esa capacidad creadora la que los poetas contemporáneos deben recuperar, y, del mismo modo, tienen que volver a captar la belleza del lenguaje que ocurre en la calle y en todos lados. Porque el poeta se supone que debe ser aquel quien escribe y pone en papel y se queda con los derechos de autor de las cosas que la gente siente y no sabe explicar, o no sabe que lo está haciendo.

Elegimos una mentira: que todo sea posible.
Elegimos tirar una piedra al río
y quedarnos al borde contemplándola.
Hace frío. Podemos contar una historia que nos incluya,
un mito que nos desnude, una canción triste para cantar.

Voy a buscar el verdadero rostro de la palabra,
voy a lavarla de la pesadez de los días y las noches.
(Y es que el tiempo del día pulsa a veces con tanta fuerza
como el pulso de mi propio tiempo).

Elijo una línea de mi mano. La desplazo, la extiendo, la parto.
También desplazo y parto el destino que anunciaba.
Elijo el centro que se disipa.

Encontrar puentes entre tú y algunos textos de Paz o Cortázar es públicamente ingenuo si no se tiene una vida académica bien hecha y reconocimiento profesional de escritor que publica constantemente.

En lo personal no he necesitado estudios literarios para reconocerme en Paz o en Cortázar, para sentir una felicidad equivalente a la de ellos cuando leían a Basho, a Perse, a San Juan de la Cruz, porque en última y principal instancia es lo que descubro en la literatura: felicidad, libertad, potenciación, universalidad, y para llegar ahí la vida académica no necesariamente es la opción más efectiva, siempre depende del individuo y su experiencia.

Claro que no se trata de atentar contra intelectuales y escritores con pres-ti-gio, lo único que me molesta es que aquello que no entra en su medio, en su círculo, ni siquiera vale la pena de ser tomado en cuenta por ellos. Me parece a veces un medio cerrado el de los académicos, los escritores, los intelectuales, tan distantes de la gente común, que a su vez llevan a cuestas su propia poesía, su propio esplendor.

Mi mujer es ejemplo de una intelectualidad humilde y más certera, pocas personas han hecho posible diálogos tan ricos, respetuosos y profundos como ella, y ella siempre se caracterizó por ser una mujer discreta, callada en clases, con amigas preocupadas por su apariencia. Algunas amistades de medios tan corrientes y deleznables como el messenger igualmente han propinado tremendos momentos espejo, momentos puente, momentos felices, libres, universales.

Mi postura ante la Literatura termina siempre careciendo de sed de estrellato, creo que cada vez voy apuntando más hacia la austeridad, hacia el placer simple y llano, hacia la reflexión liberadora (que es lo mismo cuando otros la llaman carcelaria: mientras más sé, menos sé, ciertamente, porque agudizo mi conciencia. Pero una conciencia que muta hacia una visión más orientalista -aunque no sólo eso- ¿no es la cosa más libre de todas?), hacia la honestidad de un poema que me deja en otro plano, y para ello no es necesario que venga de un poeta japonés del siglo IX, un nobel o una adolescente con blog que hace poemas de desamor ya que, todos ellos, sin estar del todo concientes de ello, comparten una misma necesidad, compartimos una misma necesidad, a la cual se llega sin trofeos, edades o bibliotecas laberínticas.

Ganar un premio de Poesía ha de ser tan bueno. Espero hacerlo algún día, ya empiezan a asfixiarme mis deudas.

diciembre 08, 2006

Calderón y los símbolos

Felipe Calderón empieza su sexenio presidencial tan espectacular como Vicente Fox en el año 2000. En ese entonces, Fox arrancó antisolemne, ese fue su canto de sirena que lo hizo ganar, sólo que ya en la presidencia tu discurso no puede seguir siendo el mismo que el de la campaña, lo sabía Calderón, lo sabía López Obrador, lo sabía el nuevo director técnico de la selección mexicana de fútbol Hugo Sánchez, el cual ya no declara lo que declaraba desde afuera, desde la oposición (y su pretensión de golpe de estado al cuatrienio lavolpista). Hugo Sánchez es mejor político que Fox.

Felipe también empieza espectacular sólo que de acuerdo a las circunstancias actuales, o sea, se deslinda de algunos vicios foxistas:

-Primero, toma protesta en el Congreso con corbata gris, lo cual implica un símbolo de neutralidad (en cambio, el jefe de gobierno del DF, Marcelo Ebrard, cuatro días después llevó su corbata amarilla perredista a su toma de protesta en el congreso defeño)
-Luego da su primer discurso como presidente en el Auditorio Nacional ante una fuerte comitiva panista, entonces llevó corbata azul (a diferencia de la otra corbata, ésta la usa para decirle a sus compañeros de partido que no deja de ser panista, aunque para fines legislativos será neutro)
-Después en la recepción que las fuerzas armadas le dan al presidente en turno (como símbolo de unidad y conjunto entre ambas instancias), evento que se aprovecha para que sea también el primer evento público del nuevo gabinete presidencial, jamás lo acompañó su esposa, la cual estaba en el lugar central de la tribuna de los invitados especiales, a espaldas de la mesa donde estaban todos los nuevos secretarios
-Días después anuncia que no gastará en remodelar la cabaña presidencial, aquella donde Fox gastó y gastó y gastó hasta que lo cachamos (entonces despidió al desconsiderado encargado de esos menesteres, el cual “tomaba decisiones en solitario”, por pura maldad, adiós a su vida política…)
-Y finalmente anuncia que se bajará el sueldo en un 10%, él y sus secretarios, algunos gobernadores se han sumado a esta propuesta (claro que, ni aún bajándoselo 30%, deja de ganar menos que otros mandatarios de países más estables que México como Chile y España).



En todo esto veo varios símbolos que dictan “hagamos las cosas como sabemos que deben hacerse”, o sea, siguiendo el A-B-C- de toda vida política. Me explico. Toma protesta como Dios manda. Gobernará con corbata gris sin dejar a un lado su formación blanquiazul. Adopta (y esto tal vez sea lo más importante hasta el momento) políticas sociales dignas de gobiernos de izquierda, como declararse como un gobierno austero, bajarse el sueldo, reconocer (al menos constantemente en su discurso) a las minorías, a las oposiciones, impulsar un programa de gobierno donde todos los bebés que nazcan a partir del 1 de diciembre cuentan con un seguro de gastos médicos, o el otro donde se le otorgan beneficios fiscales a las empresas que contraten gente nueva, jóvenes con su primer empleo, etc., esta adopción de la otra visión, la izquierdista, populista, social, es lo que, siento, va a marcar su discurso.

Hay quien cree que todos estos detalles no importan, pero curiosamente en la política, como en la guerra, prácticamente todo está planeado, todo está en función de una estrategia donde los símbolos ocupan un papel fundamental, son un lenguaje que nos comunican mensajes anexos a lo que las palabras del discurso pronuncian. ¿PODREMOS, LA GENTE COMÚN, ESTAR A LA ALTURA DE ESTE PRESENTE MEXICANO?

Hasta el momento veo que no porque, a seis meses de las elecciones, todavía se gasta energía en mentarle la madre a Calderón o en defenderlo, en acomodar su nombre para que se lea FeCal o FeliPILLO o en proclamarlo como el gran presidente del PAN, en afirmar que todos son unos desgraciados, en decir que es innegable el fraude electoral o que jamás hubo, que viva la presidencia legítima de López Obrador, todo lo cual demuestra creatividad, humor, pasión por las clases sociales, pero en todo ello no hay una pizca de análisis de fondo, el problema es cuando toda esta gente (bloggers, perdiodistas, vecinos, familiares) se presenta como objetiva, cuando sólo se muestran reaccionarios, incapaces de admitir ideas ajenas para enriquecer la propia. Hay mucho ego en esta sociedad.

Lo innegable es que la nueva presidencia está en marcha, y que maneja, desde el primer día, discursos y proyectos que Fox no manejó en seis años, precisamente porque hay verdades que no se pueden negar, como la demanda de mayor equidad a todos niveles, como que hay muchas voces inconformes que merecen ser escuchadas y tratadas con justicia, como que de nueva cuenta hay un presidente en México con apenas el 30% de los votos de un 60% de mexicanos que votaron (o sea, de cada 10 sólo 6 votaron, y de esos 6, sólo el 1.8 votó por Calderón).

El material humano con que cuenta la política mexicana no es el mejor ya que está repleto de sospechas, pero esto es lo que se tiene y sobre esto se tiene que trabajar. Calderón y López Obrador llevarán las riendas de esta sociedad, hay que estar atentos para no dejarnos adoctrinar por cualquiera de los dos discursos, hay que estar atentos para ser panistas o perredistas con libertad para la autocrítica, hay que estar atentos para ser apartidistas capaces de evitar la polarización.

diciembre 07, 2006

Saber escuchar

En México hay una revista llamada Veintitantos que siempre me pareció una revista más dirigida a mujeres donde hay frivolidad, publicidad, fotografía de moda, reportajes de sexo, salud, hábitos, en fin, son muy conocidas este tipo de revistas. Yo la conozco porque mi novia de vez en cuando las compraba. En varias ocasiones se ha ganado productos promocionales enviando vía fax un cuestionario donde se pregunta lo que te gustaría ver en la revista. Mi novia siempre ponía lo mismo: temas esotéricos que no sean horóscopos zodiacales mal hechos. Y dicho y hecho, éste último número trae un grueso contenido acerca de numerología tántrica, bastante bien tratado según mi novia, la cual sabe mucho al respecto.

Además, esta revista suele hacer un esfuerzo por, además de atender las clásicas demandas del mercado de este tipo de revistas (especiales de sexo, portadas glamourosas, fotoproducto) también se han interesado en hacer portadas con mujeres no tan flacas, aunque tampoco tan gordas. "Especiales de curvas", los llaman.

Creo que eso es ser incluyente, preocuparte por tus lectores, transformar nobles peticiones en negocios productivos.


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